Soy adicta a los pistachos. Todo lo que lleve pistacho me encanta y la tarta de queso es uno de mis postres favoritos. La unión de estas dos cosas es espectacular. Las tartas de queso las prefiero al horno, pero esta receta es sin horno y creo que así está perfecta.
Ingredientes (molde de 20 cm de diámetro):
-140 g de galletas tostadas
-70 g de mantequilla
-Una pizca de canela
-150 g de crema de pistacho (cuanto más porcentaje de pistacho tenga mejor sabor y resultado)
-250 g de queso mascarpone
-250 g de queso philadelphia
-2 hojas de gelatina (4 g)
-200 ml de nata para montar
-100 g de azúcar
-Para decorar podemos utilizar unos pistachos o trozos de pistacho y un poco más de crema de pistacho
Procedimiento:
1º Triturar las galletas y ponerlas sobre el molde (que se desmonte). Añadir una pizca de canela (al gusto) y la mantequilla derretida. Mezclar todo bien para que se pueda compactar. Repartir la mezcla de galletas por el fondo y las paredes del molde. Meter en la nevera para que endurezca.
2º Hidratar las hojas de gelatina en agua muy fría (añadir hielo si es posible) durante 5 minutos. Mientras calentamos 100 ml de la nata en el microondas. Escurrir bien las hojas de gelatina y añadirlas a la nata caliente. Remover bien para que se disuelvan por completo.
3º Mezclar bien con unas varillas eléctricas (si es posible), en un bol, los dos tipos de queso, con el azúcar, la crema de pistacho y el resto de nata. Por último incorporamos la nata con la gelatina y volvemos a mezclar.
4º Añadimos la masa al molde. Decoramos al gusto y metemos en la nevera durante varias horas. Recomiendo hacer la tarta un día antes de comerla, para que dé tiempo a coger sabor y que esté bien cuajada.
El resultado es super cremoso, ya lo veréis.
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