Para cualquier ocasión, con ingredientes sencillos se puede sacar un buen plato elegante y delicioso. Tiene varias elaboraciones pero no son nada complicadas.
Ingredientes (para unas 6 tostas):
-Un solomillo de cerdo
-2 cebollas
-Azúcar moreno
-100 g de azúcar blanco
-Medio litro de vino tinto
-Sal y pimienta
-Una cucharadita de pimentón dulce
-Un buen chorro de vino tinto
-Aceite
-Pan payés o cualquier pan que sea consistente y grande
-Unos gajos de cebolla
-4 cucharadas de miel
Proceso:
1º Cortamos el pan en rodajas grandes y las tostamos en una sartén. Reservar.
2º Para hacer la cebolla caramelizada cogemos una cacerola pequeña y añadimos aceite (un centímetro de profundidad más o menos). Cortamos la cebolla en tiras finas y la añadimos al aceite. También echamos sal. Cocinamos todo a fuego lento hasta que veamos que adquiere un tono amarillento y esté blanda. En ese momento añadimos una cucharadita de azúcar moreno y un buen chorro de vino tinto. Dejamos que se haga de nuevo hasta que todo el líquido esté consumido y la cebolla esté muy blandita. Reservamos.
3º Para hacer la reducción de vino, en una cacerola echamos medio litro de vino tinto junto con unos gajos de cebolla (media más o menos) y el pimentón dulce. Dejamos que se haga todo durante 15 minutos. En este momento retiramos la cebolla y añadimos 4 cucharadas de miel y 100 g de azúcar.
Removemos constantemente y dejamos que se haga durante media hora mínimo o hasta que veamos que se ha reducido, esté espeso y que al mover se vea el fondo de la cacerola. Reservamos.
4º Cortamos el solomillo en rodajas y salpimentamos al gusto. Freímos en una sartén con un poco de aceite. Tarda poco en hacerse si lo cortamos fino para que se coma bien.
5º Montamos la tosta, y para ello en cada rodaja de pan ponemos varios trozos de solomillo, encima colocamos un poco de la cebolla caramelizada y echamos un poco de la reducción de vino por encima.
Es un plato bastante dulce pero que queda genial con el solomillo.
Ingredientes (para unas 6 tostas):
-Un solomillo de cerdo
-2 cebollas
-Azúcar moreno
-100 g de azúcar blanco
-Medio litro de vino tinto
-Sal y pimienta
-Una cucharadita de pimentón dulce
-Un buen chorro de vino tinto
-Aceite
-Pan payés o cualquier pan que sea consistente y grande
-Unos gajos de cebolla
-4 cucharadas de miel
Proceso:
1º Cortamos el pan en rodajas grandes y las tostamos en una sartén. Reservar.
2º Para hacer la cebolla caramelizada cogemos una cacerola pequeña y añadimos aceite (un centímetro de profundidad más o menos). Cortamos la cebolla en tiras finas y la añadimos al aceite. También echamos sal. Cocinamos todo a fuego lento hasta que veamos que adquiere un tono amarillento y esté blanda. En ese momento añadimos una cucharadita de azúcar moreno y un buen chorro de vino tinto. Dejamos que se haga de nuevo hasta que todo el líquido esté consumido y la cebolla esté muy blandita. Reservamos.
3º Para hacer la reducción de vino, en una cacerola echamos medio litro de vino tinto junto con unos gajos de cebolla (media más o menos) y el pimentón dulce. Dejamos que se haga todo durante 15 minutos. En este momento retiramos la cebolla y añadimos 4 cucharadas de miel y 100 g de azúcar.
Removemos constantemente y dejamos que se haga durante media hora mínimo o hasta que veamos que se ha reducido, esté espeso y que al mover se vea el fondo de la cacerola. Reservamos.
4º Cortamos el solomillo en rodajas y salpimentamos al gusto. Freímos en una sartén con un poco de aceite. Tarda poco en hacerse si lo cortamos fino para que se coma bien.
5º Montamos la tosta, y para ello en cada rodaja de pan ponemos varios trozos de solomillo, encima colocamos un poco de la cebolla caramelizada y echamos un poco de la reducción de vino por encima.
Es un plato bastante dulce pero que queda genial con el solomillo.
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