¿Quién no ha probado la tradicional tortilla de patata? Existen numerosas formas de hacerla, con múltiples rellenos. Aquí propongo una forma sencilla y deliciosa de hacerla con unos toques diferentes. Menos aceite para freír y cebolla que no se nota, pero que le da mucho sabor para aquellos a los que no les gusta encontrársela en la tortilla.
Ingredientes (para 3 personas):
-4 patatas bien grandes
-5 huevos
-Un chorro de leche
-Pimienta molida
-Sal
-Aceite de oliva
-Media cebolla pequeña
-Un poco de levadura en polvo
Proceso:
1º Freímos en una cacerola (antiadherente porque si no se pegan las patatas) la cebolla cortada en trozos pequeños a fuego fuerte en un poco de aceite. Cuando la cebolla esté bien dorada bajamos el fuego.
2º Las patatas las pelamos, lavamos y las cortamos en rodajas ni muy finas ni muy gordas y las incorporamos a la cacerola. Añadimos un poco más de aceite por encima de las patatas (no hace falta que cubra todas las patatas).
3º Se sube un poco el fuego (fuego medio) y se van friendo las patatas, removiendo de vez en cuando y friéndolas bien. Se recomienda no machacarlas mucho porque si no se consumen más y cunde menos.
4º Cuando veamos que las patatas están un poco tostaditas (esto va en función del gusto) las sacamos de la cacerola y las escurrimos en un colador y las echamos bastante sal.
5º En un recipiente grande batimos los huevos con un poco de levadura (que le dará un toque más esponjoso) y echamos un buen chorro de leche. Incorporamos una pizca de sal y otra de pimienta molida y removemos todo bien.
6º Añadimos las patatas a la mezcla y removemos. El aceite en el que hemos frito las patatas lo aprovechamos para cuajar la tortilla.
Yo personalmente prefiero hacer tortillas pequeñas en una sartén antiadherente pequeña porque se maneja mejor. El fuego nunca debe estar alto, porque se quemaría por fuera y estaría cruda por dentro.
El tiempo depende de cada gusto, hay quién la prefiere muy hecha y hay gente que la prefiere poco hecha, en cualquier caso muy rica, la leche le da un toque distinguido.
RECOMENDACIÓN
Hay gente que guarda el aceite en el mismo armario que los detergentes. No hagáis eso porque desprenden muchos olores y el aceite los absorbe y luego las tortillas, que es un plato que necesita gran cantidad de aceite, saben a detergente aunque no os deis cuenta.
Ingredientes (para 3 personas):
-4 patatas bien grandes
-5 huevos
-Un chorro de leche
-Pimienta molida
-Sal
-Aceite de oliva
-Media cebolla pequeña
-Un poco de levadura en polvo
Proceso:
1º Freímos en una cacerola (antiadherente porque si no se pegan las patatas) la cebolla cortada en trozos pequeños a fuego fuerte en un poco de aceite. Cuando la cebolla esté bien dorada bajamos el fuego.
2º Las patatas las pelamos, lavamos y las cortamos en rodajas ni muy finas ni muy gordas y las incorporamos a la cacerola. Añadimos un poco más de aceite por encima de las patatas (no hace falta que cubra todas las patatas).
3º Se sube un poco el fuego (fuego medio) y se van friendo las patatas, removiendo de vez en cuando y friéndolas bien. Se recomienda no machacarlas mucho porque si no se consumen más y cunde menos.
4º Cuando veamos que las patatas están un poco tostaditas (esto va en función del gusto) las sacamos de la cacerola y las escurrimos en un colador y las echamos bastante sal.
5º En un recipiente grande batimos los huevos con un poco de levadura (que le dará un toque más esponjoso) y echamos un buen chorro de leche. Incorporamos una pizca de sal y otra de pimienta molida y removemos todo bien.
6º Añadimos las patatas a la mezcla y removemos. El aceite en el que hemos frito las patatas lo aprovechamos para cuajar la tortilla.
Yo personalmente prefiero hacer tortillas pequeñas en una sartén antiadherente pequeña porque se maneja mejor. El fuego nunca debe estar alto, porque se quemaría por fuera y estaría cruda por dentro.
El tiempo depende de cada gusto, hay quién la prefiere muy hecha y hay gente que la prefiere poco hecha, en cualquier caso muy rica, la leche le da un toque distinguido.
RECOMENDACIÓN
Hay gente que guarda el aceite en el mismo armario que los detergentes. No hagáis eso porque desprenden muchos olores y el aceite los absorbe y luego las tortillas, que es un plato que necesita gran cantidad de aceite, saben a detergente aunque no os deis cuenta.
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